NEUS ALLER
Pintora (Barcelona, 1957)

N. Aller, Barcelona, 1950. Licenciada en Bellas Artes, especialidad de pintura y grabado. Círculo Artístico de San Lucas y Escuela de Artes y Oficios. Empezó a exponer en 1978, y lo hace de manera regular, participando en muestras colectivas, e individuales desde el año 1999. Su trabajo plástico se adentra en el mundo de la pintura, el grabado, también la fotografía y el trabajo de ilustración. Neus Aller está citada a diferentes diccionarios: Diccionario Ràfols de artistas de Cataluña y Baleares”; “Diccionario De Pintoras y Escultoras Españoles Del Siglo XX”; “Dictionnari Biographique Des Artistas Plasticiens De France”.

Trabajadora incansable, la disciplina es una constante, así como la investigación, la lectura, la escucha activa de todo aquello que puede “inspirar” su propuesta creativa.

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El trabajo de Neus Aller se concreta en series, no hay una obra autónoma, todas y cada una de ellas pertenecen a un conjunto de obras que “dibujan” un ritmo concreto. Cómo dice Aller “La individualidad de cada uno de los cuadros solo se puede percibir a partir de la integración en un conjunto cohesionado. Singular y plural al mismo tiempo. Uno y muchos con un mismo sentido y una misma emoción”.

Dos son los motivos catalizadores de la obra de Neus: la poesía y los viajes. Las palabras y los paisajes son representados plásticamente, procurando materializar una reflexión profunda sobre la poesía u otras maneras de ver el mundo, le provocan. De este modo, estas reinterpretaciones no son las reproducciones de aquello que lee o ve, sino que revelan parte de su propio yo, de su manera de sentir. No pinta lo qué es, sino lo que ve. Ella lo explica citando palabras del autor Herman Broch en su libro “La muerte de Virgilio”: “El deber de todo artista es encontrar la verdad y manifestar ésta verdad en sí mismo, y así el alma consciente del equilibrio entre el yo y el todo, vuelva a encontrarse en el todo.”

Naturalmente Neus Aller también tiene la voluntad de convertir su obra en testigo perenne de su vida, de su sentir, de su manera de entender el mundo. De nuevo Neus encuentra en las palabras de otro artista, Fernando Zóber, la síntesis de esta idea: “Pintar puede ser una forma bastante compleja y completa de existir, o mejor dicho de vivir.”

La representación formal no es ajena a todas estas inquietudes: con cuidado investiga las posibilidades expresivas del papel hecho a mano por ella misma, y experimenta con el uso de texturas, fibras naturales, cortezas, materiales orgánicos, óxidos… utilizando estos materiales para definir los colores de la naturaleza, y crear composiciones de formas y volúmenes. El uso de diferentes técnicas como la pintura, la fotografía y el grabado aportan dinamismo a la obra. Sus transparencias representan varios planes de conciencia que nos llevan al blanco deslumbrante de la luz; y naturalmente a la oscuridad inconfundible de las entrañas. Por otro lado, incorpora elementos matemáticos y de  la proporción áurea para representar el orden y la armonía de la naturaleza, todo para llegar, como definió el crítico J.M. Cadena hablando de la obra de Aller, “al equilibrio entre sencillez y riqueza”. Su propio lenguaje.

Aller no es indiferente al papel que juega la mirada del espectador al contemplar una obra. Por eso sus títulos intentan ser pistas y dirigir la atención hacia aquello que quiere poner de manifiesto. Sin embargo, en el fondo, Neus Aller contempla que todos compartimos las misma preocupaciones “la fugacidad del instante y el paso del tiempo, la transformación de la materia, el alma, nuestra fragilidad…” Este es el tema del conjunto de su obra.