Parados.
La sala cerrada, reorganización de agenda, y nuestras charlas y cursos sobre arte suspendidos.
El 16 de marzo de 2012 a las 20 hs abrimos la puerta de la galería. Ocho años después, el viernes 13 de marzo de 2020 a las 20 hs cerramos las puertas de Artemisia con la convicción de que el día de nuestro aniversario estaríamos cerrados al público. Y así fue, y así seguimos...
Llevamos siete semanas sin subir la persiana. Después del "schock" inicial (que por mucho que nos lo veíamos venir, sinceramente, me dejó colapsada), resolver las cuestiones legales, ocuparme de la logística familiar y sufrir una sobredosis de información mediática, llegó el día (después de cerrar el trimestre administrativo) en que opté por desvincularme de todo y pretender un poco de higiene mental por el bien de mi salud espiritual: "Tendencias de arte" una publicación de arte que he podido recuperar y leer con calma; recuperar las entrevistas del programa "A fondo"; clases de inglés on line (of course). Lo cierto es que no me estoy aburriendo.
Se dice que el cuerpo se regenera completamente cada siete a diez años. En ese tránsito podría decirse que está Artemisia. Esta pandemia que nos asola es muchas cosas, pero para mí también está significando "tiempo". Tiempo de reflexión; tiempo de generar ideas y dibujar nuevos proyectos; tiempo para poner en marcha "La llave de los sueños, un proyecto digital que teníamos pendiente y para el que nos faltaba tiempo; tiempo para conversar con nuestros clientes; tiempo para hacer nuevos contactos ahora que la gente dispone de tiempo; tiempo.
Y entonces, ha ocurrido algo... algunos clientes me han llamado: no pueden salir a cenar, han cancelado viajes de Semana Santa y si, han optado por el arte para mejorar sus vidas. Así, tal cual. Hace mucho que pasó la época dorada de la venta de arte en Barcelona, de hecho yo no la viví. Recuerdo el día en que, con nostalgia, las encargadas de la ya desaparecida Galería Comas me contaban cómo antes de colgar los cuadros, todavía subiendo por su magnífica escalinata con la que accedían a su espacio, la gente les reservaba las obras. Que gran época debió ser. Y sin embargo, estos días algunas personas han decidido llamarme, charlar, preguntar por aquella pieza que vieron... Y entonces es cuando yo necesito tiempo para pensar... ¿Cómo ha sucedido?
Sucede porque como siempre he defendido el Arte pide tiempo, el arte va a otro ritmo. Si te das la oportunidad y visitas un museo o una galería de arte puede cambiar tu propio ritmo existencial, porque dentro de un espacio expositivo el tiempo no corre, pasa. Pero eso no es algo que yo diga para convencer a nadie, eso es una experiencia que sólo un espectador curioso puede descubrir. Lo mismo ocurre cuando participas de una conversación o atiendes una charla sobre algún tema sublime como es el arte. Sencillamente, eso te invita a otro ritmo, te da la oportunidad de cambiar la perspectiva y con suerte te permite descubrir que hay otra realidad.
Gracias a todos los que apoyan el proyecto Artemisia y habéis estado pendientes de nosotros. Confío que nos veremos pronto, y mientras tanto, disfrutar de vuestro tiempo!
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