Alguien definía el tiempo como algo que nosotros asignamos: pasado, presente y futuro. Sólo algo arbitrario. Será cierto?
Esta ha sido en conjunto una mala semana. Fue malo el lunes, peor el martes, algo más digno el miércoles, fatal el jueves, un infierno esta mañana de viernes. Y al fin, esta tarde todo cambió.
Podría ser que el tiempo fuera circular? Podría ser que todo sucediera al mismo tiempo?
Esta ha sido la última semana de la exposición “R e t a z o s” de Teresa Gancedo. Que gran exposición! Una gran artista que han conocido algunos por primera vez en Artemisia, pero que a la vez se la han perdido muchos otros.
Esta ha sido la semana del “todo está fatal, nos quieren tontos, la gente está perdiendo el interés…” Ha sido la semana en que me he encontrado a alguien del colegio y no me he reconocido en absoluto ni en ella ni en nadie de aquella época. Ha sido la semana en que la Stra. MFL con el mayor de los cariños me ha dicho "de vegades, si no estás molt atent, es fa difícil seguir-te” Ha sido la semana en que de nuevo me he preguntado “què fas?”
Un poeta, artista y no sé cuántas cosas más me dijo hace unos días (en otra gran tarde Artemisia) que pintaba cuando las palabras no eran suficientes para expresar lo que sentía.
Algo así debe estar ocurriéndome a mí ahora, escribo para encontrarme, aunque a mí palabras me sobran, lo que me falta es coherencia en el discurso… Si la conciencia modela el lenguaje, a la vista de esta entrada, se conoce que mi mente está payá total. Es una entrada de blog caótica, lo sé, pero Elena Mateos me explicó que no es necesario que una historia sea lineal porque la vida tampoco lo es. De la misma manera, tantos otros me dijeron que si no me entendía a mí misma no podría explicar que me ocurre a los demás.
Debe ser algo de todo esto lo que me sucede en estos instantes.
Pero si voy “concretando” como me pide siempre mi amiga B (“concreta, concreta” insiste ella) esta tarde ha surgido uno de esos momentos “Artemisia” que consiguen ponerlo todo en su sitio, que todo tome sentido de nuevo.
Hoy la sala era como un enorme cuadro blanco y los que estábamos dentro éramos su poema… Porque si, hoy, último día de la expo de Teresa Gancedo, se han concentrado alrededor de una cuantas sillas, una botella de mistela, algunas galletas de café y dulce de chocolate y naranja, seis personas maravillosas que han conversado durante largo rato sobre el arte, la vida, Jung, el negocio de las galerías, las ferias, Andrew Wyeth y su Christina’s World (mi cuadro… algún día os contaré la historia de porqué este es mi cuadro), los relojes blandos, Hermann Rorschach, el psicoanálisis, la noche y sus confusiones...
Ha sido una semana de sentimientos encontrados, de moverme entre contrarios, de la serenidad a la exaltación, de la alegría a la tristeza. Un mosaico de emociones que cambiaban de color como los cristales de un calidoscopio.
Esta tarde uno de nosotros ha dicho “vaya seis románticos” Y si, tal vez sea verdad, pero esta tarde he saboreado lo que es el Arte. El arte de conversar, de compartir, de aprender, de escuchar...
Y todo esto me lo da Artemisia. Y por tardes como la de hoy, seguir, merece la pena...
Si el tiempo fuera circular hoy no seriamos ni lunes, ni miércoles, ni viernes, estaría triste y contenta a la vez, soñaría despierta y pensaría dormida, y todo tendría otro sentido... Y tardes como la de hoy se repetirían todos los días…
Pero no habría días… Entonces? Citando a uno de los clásicos...
¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
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