Te levantas prontito una mañana de viernes y no te das tregua: serie de abdominales, serie de sentadillas, serie de pesas. Y así, con el cuerpo en marcha, te vas a impartir una de las clase que más disfrutas, la sesión de yoga que hace 8 años, dos días a la semana, compartes con las chicas.
Ducha rápida, desayuno amoroso y directa a la radio, a compartir tertulia literaria y artística con algunos de tus alumnos. Cafelito postsesión de directo con Luisa, en el preciosísimo jardín de Granja Soldevila, para terminar de disfrutar de esta mañana luminosa con una buena y divertida charlita.
Comida, pim pam y directa a una grabación promocional (de momento top secret) a las puertas de la biblioteca de Bellavista.
Y llega la tarde, abres la sala, enciendes las luces, acomodas los libros, incienso marca de la casa y llega Ramón. Y charlamos de Leonardo (Da Vinci), el juicio del proceso, su último cuadro, los muebles de ikea... Maria te hace una visita rápida. Padre pasa a tomarse un café. Abres el periódico y te ves en una nota de prensa mientras anuncian el Ciclo de "Conversaciones sobre arte" programado por AFIFAC e impartido por una servidora.
Son las ocho de la tarde. Preparas todo para el taller de pintura Sumi-E de mañana: un té de bienvenida, bso de fondo, material de trabajo... Ya de recogida, apagas los focos y te quedas con la tenue luz de una lamparita mientras te aseguras que todo está bien. Y todo está bien.
Ya en casa, compartes un café, suena buena música y te regalas una sonrisa porque hoy fue un buen día.
Porque hay días que son, sin más..
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