Pues sí,
Incorporamos artista nuevo en la plantilla Artemisia: Guillermo De Angelis, fotógrafo.
Artista ítalo argentino, primero se acercó a la arquitectura, más tarde al diseño, hasta alcanzar la filosofía. De lo más tangible a lo más sutil. Así es su obra. Fue durante sus años de residencia en Madrid cuando empezó a flirtear con la fotografía “Comenzó a manifestarse casi con urgencia” dice él “como una forma de atesorar retazos (…) En primer lugar la fotografía fue una necesidad, un reflejo, una pulsión. Luego, con el tiempo, y sobre todo con la distancia, se tornó una manera de expresión”
A mis ojos, su formación tejió una especie de telaraña por la que Guillermo filtra su mirada, y sin duda le favorece para atrapar esas imágenes mezcla de sutileza, contemplación y belleza. “Cada uno de los estudios que cursé, más por curioso que por aplicado, fueron dejando su marcada utilidad: el diseño me acercó los colores, la composición, las bellas artes; la arquitectura: el contexto, el espacio, la abstracción; y la filosofía: cómo combinar todo lo anterior. La fotografía me sirvió para saber mirar, o mejor dicho, para saber qué quiero ver”
El blanco y negro es el protagonista de sus fotografías. Dice Guillermo en referencia a la ausencia del color “Una vez a un guitarrista famoso le preguntaron porque siempre usaba camisa negra para sus conciertos a lo que respondió que si usaba una camisa de colores, su camisa llamaría más la atención que su música. Depende de lo que trate de mostrar utilizo un recurso u otro. Pero creo que sin darme cuenta voy prefiriendo el blanco y negro, creo es más concordante con mi fotografía.”
Y la ausencia de personas en sus imágenes tampoco pasa desapercibida. Defiende que busca “espacios abiertos donde el espectador forme parte de la imagen. Revelar el alma de las cosas, el silencio. Es una pretensión. El intento de fotografiar lo que no está aún siendo”
El nombre con el que reconoce sus fotografías tampoco son palabras al azar. “No puedo adentrarme en esas calles unidireccionales de imagen o palabras. No estoy seguro que una imagen valga más que mil palabras ni viceversa. Salvo excepciones, cuando veo una imagen vuelan a mi cabeza un ovillo de palabras y cuando leo, de la misma manera, muchas imágenes. No logro disociarlas ni intuyo que sea enriquecedor. Como dijo alguien: es interesante considerar, si las palabras no son fundamentales para pensar”
Reconoce tener debilidad por el detalle “Prefiero el gesto a una señal, el susurro a un grito, lo cálido a lo caliente. La insinuación. En mi fotografía pretendo poder detenerme en detalles que me aparecen esenciales, en vislumbres, susurros”
Viajar, la pintura y la música son lugares comunes donde refugiarse en busca de inspiración. El director Adolfo Aristarain es uno de sus referentes cinematográficos.
En fin, lo que yo os decía: sutileza, intimidad y belleza a partes iguales.
Contemplar estas fotografías.
Deteneros en sus detalles.
Sin prisas.
Son de mirar lento.
Frente a ellas, el tiempo no corre, pasa…
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