Hoy somos viernes, 20 de diciembre, final de semana y pre-navidad… poca gente mirará este blog hoy o los próximos días, y sin embargo, hoy, tengo una necesidad irremediable de escribir algo.
Esta mañana he recibido dos postales de navidad, una de la pequeña F, la segunda de la gran A.
La navidad a menudo nos recuerda momentos tristes. También son fechas en las que muchos denunciamos el exceso de consumismo. Y tantos otros se promocionan con campañas de lavado de imagen que poco tienen que ver con la solidaridad y altruismo desinteresado.
Pero todavía hay quien te envía una postal de navidad y te hace sentir inmensamente feliz.
Y dejas caer en un grupo de whatsaap con tu familia postiza (tu amigos del alma) “hoy me invade el espíritu navideño” Y uno de ellos te pregunta ”Espíritu qué? Eso que es lo que es?” Y tu le respondes “amor, simpatía, compartir, perdonar (a los demás y también a uno mismo), esperanzas, sueños, ilusiones…” Y entonces otra amiga va y te dice “Con amor y mucho cariño Cris, que te has fumado hoy?” Y te da la risa. Y sabes que ella no ha recibido ninguna postal de navidad, pero tu si, dos para ser exactos. Una de la pequeña F, la segunda de la gran A.
Y te alcanzas a tu libreta de "cosas", y abres por una página cualquiera, y te aparece “Red red rose” de Robert Burns. Y piensas “Que bien me cae este tipo, habrá alguna película sobre su vida?” Y buscas en google, pero no te encuentras con nada en el mundo de la celuloide del amigo Robert, sin embargo topas con esto, y dices “ei… que gran regalo de navidad!”
Porque así es como hoy veo la navidad, como una gran rosa roja, que suma palabras, pintura, música y mucho Arte en general…
My love is like a red, red rose
That's newly sprung in June;
My heart is like a melody
That's sweetly played in tune.
As fair art thou, my bonny lad/lass,
So deep in love am I;
And I will love thee still, my dear,
Till all the seas gang dry.
Till all the seas gang dry, my dear,
And the rocks melt with the sun;
And I shall love thee still, my dear,
While the sands of life shall run.
And fare thee weel, my only love!
And fare thee weel, awhile!
And I will come again, my dear
Though it were ten thousand mile.
ROBERT BURNS
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