Durante años firmé mis correos electrónicos personales con estas palabras "Sapere aude, si us plau". Lo que viene significando "Atrévete a pensar, por favor". Recuerdo que en aquel momento una conocida medio acomplejada me comentó que era snob firmar con estas palabras, "déjalo ya" me dijo. Naturalmente seguí firmando de la misma manera.
Ayer por la tarde me visitó Ramon y compartimos conversación y una copichuela de cava mientras nos pusimos nostálgicos, él recordando la época en la que compartía tardes con Carles Sindreu, Donat Puig, Amador Garrell, yo añorando una época en la que nunca viví...
Un rato más tarde tuve la visita de una pareja comprometidos con la cultura: miembros activos del equipo organizador del premio Paco Merino, asiduos al Liceo, conocedores en primera persona del espíritu artístico, inconformista, abierto y creativo que se vivía en la comarca cuarenta años atrás. Me contaban lo divertido que era hacer teatro de guerrilla en los 70. Después, me explicaron, llegó la democracia y paradójicamente todos aquellos momentos de activa reivindicación cultural se detuvieron. Que cosas...
El cava nos acompañaba mientras hablamos del cierre de galerías, de la falta de públicos interesados en el arte, de las insulsas políticas culturales propuestas desde las administraciones públicas... Y así fue como pasé la tarde del viernes...
Sin duda los momentos políticos y sociales que estamos viviendo son una oportunidad para la esperanza. El movimiento popular y la pacífica reivindicación colectiva me invitan a pensar que hay muchas personas comprometidas con la justicia y la libertad. Sin embargo, el discernimiento no es algo espontáneo, debe cultivarse para que la reflexión nos permita ver con claridad y poder escoger individualmente la realidad en la que deseamos vivir.
La reflexión y el pensamiento crítico se fomentan a través de la cultura. Y ahí, justo ahí, es donde el arte, la literatura, el teatro como tantas otras disciplinas tienen mucho que decir. Son muchos los responsables de los problemas de la cultura en el momento presente, sin embargo se nos olvida con demasiada facilidad que en algún punto hay una responsabilidad individual que sólo nos corresponde a cada uno de nosotros, "la fama cuesta” decía la profesora Grant (Lydia Grant of course). Hay que tener voluntad, ganas y sobretodo… hay que atreverse a pensar…
Sapere Aude, si us plau...
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